Omnia vincit amor: “ Todo lo vence el amor”
En esta historia todo empieza con una muchacha, que se muda de pueblo al haber quebrado la empresa donde trabajaba su padre, y al haber encontrado otro trabajo allí.
Sofía tenía dieciséis años, era alta, con el pelo liso, castaño y largo, delgada, de piel más bien clara, con los ojos verdes, una nariz pequeña y respingona y con unos labios rojizos, los cuales aún hacían que llamara más aún la atención por su belleza. al conocerla, primero era vergonzosa, pero amable y simpática a la vez, y una vez que te conocía es como si fuerais amigos de toda la vida.
Llegaron a la nueva casa, que era mas bien vieja, pero estaba muy bien conservada, con paredes decoradas con piedras por fuera para que pareciera que todo estuviera hecho así. A Sofía, eso no le gustó, porque pensó que por dentro todo era tan frío y rústico, e incluso intentó que se fueran a otra casa pero ya era demasiado tarde: ya la habían comprado y además a sus padres les encantaba. Pero cuando Sofía entró vio que no estaba tan mal y que incluso le gustaría vivir allí. Fue a la cocina para comer algo, porque casi era hora de comer, y allí estaba su madre que era una mujer más bien baja, con la piel blanca, y una nariz respingona igual que su hija, tenía el pelo liso, negro, y acostumbraba a llevarlo corto. Luego entró su padre, era un hombre bastante alto, aún más que Sofía, con el pelo castaño aunque ya con algunas canas; estaba bastante fibrado, y llevaba gafas o lentillas dependiendo del momento.
Al día siguiente más o menos a la misma hora, cuando se disponían a comer, alguien llamó al timbre. Sofía fue a abrir, y vio que el que había llamado era un muchcho más o menos de su edad, con el pelo castaño y un tanto rizado pero no demasiado; no lo llevaba ni largo ni corto, más o menos a la altura de las orejas; tenía los ojos castaños y la piel bronceada; era un chico bastante musculoso, y aunque eran más o menos de la misma altura, él era un poco más alto. Estuvieron un rato hablando y de paso le preguntó a qué instituto iba, y casualmente iban al mismo. La muchacha se alegró bastante, porque así conocería a alguien ahí, el día siguiente era lunes, y quedaron para ir juntos al instituto.
Al día siguiente él la pasó a buscar muy puntual. Cuando bajó Sofía, el muchacho le preguntó si tenía casco ya que el instituto caía bastante lejos y él siempre iba en moto. Ella le dijo que no, porque como no tenían ninguna moto en casa nunca le había hecho falta, así que él le dejó su casco, que tenía una pegatina en uno lado que ponía su nombre: Albert, y fue a su casa a buscar otro para él.
Cinco minutos más tarde llegaron al instituto. Cuando los amigos de Albert le vieron llegar con Sofía todos pensaron que era su novia, y no iban muy mal desencaminados porque los dos se gustaban mucho, pero se acababan de conocer y ninguno estaba preparado aun para decírselo al otro. Albert le presentó a sus amigos, y desde entonces quedaron juntos por las tardes y por las noches, y además les iba muy bien a los dos, porque así ninguno tenía que volver solo a casa.
Un día Sofía, entrando en una clase nueva que le habían aconsejado que hiciera, conoció a una muchacha y a dos muchachos que siempre iban juntos. Eran inseparables, la muchacha era rubia con los ojos azules y un tanto baja, se llamaba Malena, y uno de los dos muchachos Fernando, (aunque siempre le llamaban Fer), eran primos, aunque Fer era bastante más alto que su prima, con la piel clara y los ojos azules, con el pelo castaño y corto, se veía a simple vista que estaba fibrado y que iba bastante al gimnasio, y el otro muchacho, Alex que era novio de Malena, era algo más bajo que Fer, iba al gimnasio con él, aunque Fer iba más y eso se notaba.
Sofía como quería estar con ellos y también con Albert, decidió presentarlos, así que lo hizo y a partir de ese momento iban juntos. Pero un día que quedaron por la noche, Albert reunió por fin el valor de pedirle a Sofía que saliera con é; ella, por supuesto, le dijo que sí porque estaba muy enamorada de él.
Lo que Albert no sabía es que Sofía se había hecho muy amiga de Fer y que se lo contaba todo, así que Sofía, que no sabía que a Fer también estaba enamorado de ella, fue a contarle con toda la buena fe del mundo que había empezado a salir con Albert. Fer, al oír eso, le dijo que él también la quería. Lo que le dijo sofía le sentó fatal, tanto que casi se puso a llorar allí delante. Le dijo a Sofia que tenía cosas que hacer y se fue para no desmoronarse allí delante. Durante unos días no apareció por el instituto. Naturalmente todos estaban muy preocupados por él, así que Sofía decidió contarles a todos que se fue justamente cuando le dijo que había empezado a salir con Albert y que Fer le había contestado que también la quería, así que Albert, igual que todos, se dieron cuenta que a Fer le gustaba Sofía, pero a todos les daba bastante igual menos a él, porque era su novia. Así que decidió hablar con Sofía, ella le dijo que solo le quería a él, y que Fer no significaba nada; entonces Albert fue a hablar con Fer. Cuando llegó a su casa y lo vio en la cama sin ganas de hacer nada y con el corazón destrozado, incluso se le fue la rabia que le daba todo el asunto que había con él, por querer a su novia. Al final Albert convenció a Fer para que volviera al instituto.
Sofía, al saber que Fer también la quería, empezó a hacerse un lío, y a preguntarse cuál de los dos la quería más. Ella tenía claro que quería más a Albert, aunque con tanto pensar, al final acabó dándose cuenta de que también quería a Fer y que no sabía a cuál de los dos quería más, así que decidió ponerse a pensar en una solución. Creyó haber encontrado una, así que decidió hablar con Albert y Fer, para aclararlo, y les dijo que con tiempo todo se arregla, y que si eran capaces de estar un mes sin nadie, entonces ella se decidiría por el que más quisiera, por que por aquel entonces ella tenía la cabeza hecha un lío. Por supuesto les dijo que les quería seguir viendo, igual que quedando por las tardes y las noches.
Los dos muchachos entre sí tenían una pelea por Sofía, y se vigilaban mutuamente para ver si estaban con alguien o no. También iban todo el día con cámaras por si pillaban al otro. Al final Fer le hizo una foto a Albert dándose besos con una chica una noche que salieron todos los chicos juntos mientras Malena y Sofía estaban en casa de Malena. Al día siguiente, cuando Fer se despertó llamó a Sofía y le dijo que fuera a su casa, que le tenia que enseñar una cosa muy urgente. Sofía por aquel entonces ya se estaba decidiendo más por Fer que por Albert, porque el que había sido su novio desde que ella le pidió tiempo no le había hecho ningún caso y casi ni se habían visto, solo en el instituto y alguna noche por casualidad, mientras que con Fer había sido muy diferente. El siempre estaba por ella, y normalmente siempre tenían largas charlas sobre el futuro y cosas que les interesaban a los dos y eso le había dado mucho en qué pensar a Sofía porque tenían muchas cosas en común. Y cada vez quería mas a Fer e iba olvidando a su exnovio. Cuando Sofía llegó a casa de Fer antes de que él pudiera enseñarle la foto, ella le dijo que tenían que hablar sobre una cosa muy importante. Entraron y como no había nadie más en la casa se quedaron en la sala de estar donde antes de que él le puediera enseñar la foto ella le dijo que durante todo ese tiempo se había enamorado de él aún más y que había olvidado a Albert, y muy decidida antes de que Fer pudiera reaccionar por la sorpresa de saber la grata noticia le dio un beso que hizo que solo existieran ellos dos y nada mas. Y cada día hasta hoy, cada vez que Sofía le da un beso a Fer, les pasa lo mismo, que es como si solo existieran ellos dos y nada más.